Más direcciones sobre las direcciones

Un par de comentarios que llegaron al post anterior, otros más que me llegaron por correo, y en particular uno que me envió un buen amigo que comparte conmigo el nombre y el gusto por más de una “música”, me animaron a escribir un poco más sobre este tema.

Me decía Raúl: “nadie conoce de direcciones como los municipios”. En los municipios de Brasil, se utiliza el código de logradouro que identifica unívocamente cada construcción de la ciudad. El número aparece relacionado en las cartas de impuestos prediales. Un contribuyente de la Secretaría de Fazenda de Río de Janeiro puede obtener el número de identificación de la carta de impuesto predial consultando en línea, a través de campos separados para identificar municipio, distrito, barrio, tipo de logradouro. Ese registro municipal de predios, u otros como ese, podría ser de gran utilidad para la Administración Tributaria nacional.

No faltarían obstáculos. El grado de desarrollo posiblemente desigual de los diferentes municipios haría registros muy confiables en unas localidades y menos confiables o aun inexistentes en otras. Este problema seguramente tendría impactos en los procesos de automatización o integración de sistemas. Es posible que los números de identificación de contribuyentes sean distintos y que no se pueda relacionar un documento de identidad con otro. Problemas similares pueden presentarse al intentar relacionar, donde exista, con las entradas en registros nacionales de propiedad.

Pero, sin duda, vale la pena explorar estas posibilidades para identificar la dirección de un contribuyente con un lugar físico cuya ubicación no deje dudas. Precisamente, en ese sentido, desarrollamos en Venezuela, en el año 2002,  un programa de actualización tributaria que utilizó un registro de edificaciones levantado para la ejecución de un censo nacional de población. A partir de esa información, se realizaron rutas diarias de visita que cubrían todas las zonas urbanas. Al recorrer la ruta, se identificaban los lugares donde se ejercía alguna actividad económica y se procedía a llenar un cuestionario que permitía identificar a los contribuyentes que ahí se encontraban. En el proceso, claro, aparecieron además algunos “negocios” y “pequeñas fábricas” que nunca se habían incorporado al registro de contribuyentes. Con la información recabada era posible relacionar a los contribuyentes con los locales en zonas urbanas donde tenía una actividad económica.

El uso de mapas levantados a partir de fotografías aéreas o satelitales es otra opción interesante. No solo ya se ha utilizado en diferentes administraciones para identificar una edificación sino también, por ejemplo, para descubrir bienhechurías no declaradas que afectarían la base imponible de algún tributo.

Quisiera terminar recomendando a quienes les preocupe un tanto más el tema, las especificaciones desarrolladas por OASIS para el lenguaje extensible de nombres y direcciones(1) xAL que pretende describir una estructura internacional común para direcciones de manera de permitir a las aplicaciones utilizar un formato estándar, que puede además intercambiarse. Ya sea  un estándar simple, o un estándar complejo, según como se quiera utilizar, con campos estilo línea 1 y línea 2 o con secuencias más atomizadas para números y calles. Por supuesto, no se sorprenderán cuando encuentren las posiciones previstas para longitud y latitud.

Saludos y suerte.

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