La incorporación masiva de sistemas informáticos en distintos sectores y la necesidad de simplificar los procesos administrativos plantean un desafío para las Administraciones Tributarias: redefinir la manera en que interactúan con su entorno digital.

En el informe Administración Tributaria 3.0: La transformación digital de la administración tributaria [1], la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico​ (OCDE) plantea un escenario en el que el sistema tributario evolucionaría hacia un modelo fluido y sin fricciones, que requeriría, como elemento esencial, una mayor integración de sistemas.

La integración implica un diálogo constante entre distintos sistemas y el intercambio automático de información dentro del ecosistema tributario. Esta transformación no sólo representa un desafío tecnológico, sino también una oportunidad clave para reducir cargas administrativas, optimizar tiempos y mejorar la calidad de los datos. En última instancia, contribuye a la eficiencia de los procesos internos de la Administración Tributaria y del sector público en su conjunto.

En este sentido, la integración necesariamente debe contemplar todos aquellos sistemas con impacto en los procesos de recaudación y tributación. Como mínimo esto incluye los siguientes sistemas:

• • específicos de los contribuyentes: su incorporación es indispensable de cara a facilitar el cumplimiento tributario, mejorando, a su vez, la experiencia de usuario en el trato con la Administración Tributaria.
• • de otros organismos del Estado: esta integración resulta fundamental para promover la coherencia de los datos y eliminar redundancias en la información requerida.
• • de terceros o intermediarios, especialmente, contadores y proveedores de software, en tanto desempeñan un papel clave en la gestión fiscal y tecnológica.

En este marco, una integración efectiva que contemple a los sistemas de todos los actores involucrados contribuye, de forma directa, a reducir los costos de cumplimiento tributario mientras se incrementa su nivel de cumplimiento.

En particular la interoperabilidad dentro del Estado juega un papel clave en la simplificación de trámites. En Hacia un Estado Inteligente [2], se enfatiza la importancia de que los gobiernos aprovechen la información ya disponible, evitando requerirla de forma repetitiva a los ciudadanos.

Incluso, de acuerdo con la OCDE [3], diversos estudios indican que el intercambio de datos en el sector público podría generar beneficios socioeconómicos equivalentes a entre el 0.1% y el 1.5% del PBI. Si la integración se extiende al sector privado, este impacto podría aumentar hasta ubicarse entre el 1% y el 2.5% del PBI.

Aprovechar estándares existentes

Desde un enfoque más práctico y concreto, para avanzar en la integración de sistemas, es esencial evitar la reinvención de soluciones y aprovechar, siempre que sea posible, los estándares existentes. Algunos ejemplos de estos estándares son:

• • La Decisión de Implementación 2017/1870 de la Unión Europea [5], que establece un estándar para el intercambio de facturas electrónicas.
• • El Modelo de Datos de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) [6], diseñado para la Ventanilla Única de Comercio Exterior, facilitando la interoperabilidad en el comercio internacional.

El uso de este tipo de estándares permite, fundamentalmente, optimizar recursos, garantizar compatibilidad y acelerar la adopción de buenas prácticas, reduciendo costos operativos y evitando desarrollos aislados.

Principales desafíos

Los retos específicos de la integración pueden agruparse en tres áreas clave:

1. Desafíos técnicos

La integración requiere armonizar arquitecturas, protocolos y estándares entre distintos sistemas. En este sentido, uno de los principales desafíos es el establecimiento de una plataforma de intercambio, que debe definir un marco común de comunicación, asegurando la compatibilidad tecnológica y reglas claras de acceso e interoperabilidad.

Asimismo, la seguridad juega un papel esencial, exigiendo la implementación de protocolos de cifrado y autenticación para garantizar la confidencialidad e integridad de los datos.

Otro aspecto crítico desde un enfoque técnico es la sincronización y gestión del flujo de datos. La elección entre procesos en tiempo real vs. por lotes, así como entre datos detallados vs. datos agregados, tiene un impacto directo en la eficiencia operativa y en la capacidad de análisis de información, por lo que requiere un análisis detallado.

2. Desafíos funcionales

Este grupo abarca la definición de un lenguaje común aplicado a los datos y una aproximación activa a la mejora de la calidad de los mismos.

3. Desafíos legales y de protección de los datos

La integración de datos en el ámbito tributario debe alinearse con marcos normativos que regulen su uso y protejan la privacidad de la información. Este desafío implica impulsar una integración que aborde el uso ético de los datos y el compliance.

Conclusión

En esta primera parte se han introducido algunos de los beneficios de la integración de sistemas en el contexto de Administraciones Tributarias. También se ha hecho hincapié en la necesidad de aprovechar los recursos disponibles, considerando estándares existentes, y en los desafíos técnicos de su implementación.

En las siguientes partes del artículo, se explorarán con mayor profundidad los desafíos funcionales y los aspectos legales y de protección de datos, fundamentales en la discusión sobre transformación digital en el ámbito fiscal.

Referencias

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