Interesante iniciativa

Una muy interesante iniciativa que recientemente se utiliza en la Ciudad de Panamá se denomina el “Hueco twitero”. Un canal de televisión coloca unos sensores en baches de las calles de la ciudad los que son pulsados cada vez que un vehículo cae en uno de los baches. El sensor, que tiene claramente el signo “#” en color azul, claramente identificado con los hashtags de Twitter y el color predominante en la red social, dispara la publicación de un mensaje que les recuerda a las autoridades, no solamente que un bache en la ciudad no se ha arreglado, sino también que un vehículo recientemente cayó en él.

A propósito de eso, y de que, estoy convencido, cada vez más habrán cosas conectadas a la Internet utilizando sensores para tomar todo tipo de medidas, quiero compartir con ustedes un par de experiencias que fueron presentadas la última semana de abril en las XVIII Jornadas Técnicas del CeATS, que trató entre otros temas el uso de tecnologías como apoyo a la fiscalización.

• La Administración de la Provincia de Mendoza, anfitriona del evento, nos presentó su flamante “drone” con el que sobrevuela áreas de la ciudad tomando imágenes de las construcciones para compararlas identificar mejoras en las construcciones y verificar si fueron o no declaradas. Es fácil imaginar que, más allá de las complejidades que el reconocimiento y procesamiento de imágenes, las referencias geográficas, y la determinación de diferencias entre lo visto y lo declarado, la sola presencia del drone en la prensa eleva seguramente la sensación de riesgo subjetivos asociada a los contribuyentes que están tentados a no declarar una mejora. Ya ver la “bicho” volando seguramente hará que varios se pregunten si el aparato es un pájaro, un avión, o el drone de la administración?.
• Una estrategia algo similar fue desarrollada por la Administración de la Ciudad de Buenos Aires, que contrató un servicio de fotografía para digitalizar las edificaciones de la ciudad e identificar las nuevas construcciones buscando aquellas no declaradas.
• La Administración de la Provincia de Buenos Aires creó su versión de eso que a veces se llama punto fijo: la presencia de un representante de la administración en un negocio para “contar” los clientes y llevar registro de la caja por uno o varios días y comprobar si las operaciones coinciden con el movimiento de un día promedio. Se han colocado contadores electrónicos de personas en las entradas de restaurantes que registran el número de entradas y salidas de personas en sus momentos determinados. El registro del contador electrónico puede ser una vez descontada la cantidad de personas que razonablemente entran y salen sin ser clientes puede servir para tener un indicio del volumen de personas que ingresan a un local.

Si la Administración Tributaria tiene todos los documentos electrónicos que soportan las operaciones sería posible determinar los tributos correspondientes a partir de las operaciones reportadas. Cuando no todas las operaciones son reportadas o cuando algunas operaciones, particularmente las realizadas en efectivo con consumidores finales, son realizadas sin documentar las transacciones, existe la posibilidad de a través de, por ejemplo, matrices de insumo producto o de la comparación con las compras y ventas reportadas de otros negocios de la misma actividad económica y tamaño similar, identificar rangos de probabilidad de incumplimiento y de montos asociados a una posible diferencia en el monto declarado. Estos elementos pueden pasar por cosas como la cantidad de bebidas adquiridas a las distribuidoras de refrescos y bebidas efervescentes, a la cantidad de ingredientes comprados en cadenas mayoristas, a los kilovatios-hora consumidos en determinados períodos. Pero, por un lado, no todas las administraciones tienen acceso a facturas electrónicas o el nivel de adopción de la misma es todavía menor, y por el otro, algunas actividades económicas son más riesgosas en relación con la práctica de no facturar. Resulta muy interesante la posibilidad de contar con valores objetivos que permitan determinar elementos de la base imponible u obtener indicios para estimar riesgo.

Esos sensores y contadores pueden ser indicadores muy precisos de la actividad económica desarrollada, como unos medidores en la producción de bebidas o el contador de autos, camiones y motos en una autopista concesionada. En otras ocasiones pueden solamente suministrar indicios de los momentos de mayor actividad, como por ejemplo el contador de personas en restaurantes, que podrá ser comparado con los registros contables del local para, por ejemplo, determinar si los registros de la caja en cuanto a montos y horarios corresponden en volumen con los días y horarios detectados por las cámaras y por tanto detectar que hubo omisión del registro de varias operaciones de ventas pero sin llegar a determinar el monto exacto de los consumos. Por cierto, indicios de actividad económica también podrían obtenerse de manera indirecta a través de por ejemplo comentarios, registros de ingreso, reportes o fotografías (incluidas las selfies claro) de usuarios de servicios en redes sociales.

Por supuesto, que pasar de ahí a la automatización y masificación de métodos de determinación presuntiva no será nunca tarea sencilla. Será necesario un conjunto de esfuerzos que irán de la identificación de puntos donde se pueden obtener datos, a la creación de los algoritmos específicos que depuren y analicen los datos, determinen los cruces y generen las regresiones y reglas de inferencia estadística que identifiquen los riesgos. Por supuesto, indispensable, el análisis costo beneficio que permita hacer estos desarrollos, no cuando se tenga una solución en busca de un problema y sí cuando se pueda atacar actitudes de incumplimiento serias.

Saludos y suerte.

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