Y el mundo del CIAT también

Un comentario puesto por Antonio Seco en mi post anterior, nos invitaba a recordar la teoría de los seis grados de separación y que el mundo es en realidad pequeño y que todas las personas del planeta podríamos conectarnos a través del amigo de un amigo de un amigo en un número sorprendentemente pequeño de saltos.

En un experimento, tal vez el original ejecutado en 1967, una persona en Omaha, Nebraska debía pasar un mensaje a alguien que no conocía en Boston, Massachusetts. La regla fundamental es que debía enviarlo a alguien que se conozca personalmente y éste haga lo propio. En esa época, no solo no  existían  las redes sociales como hoy las concebimos, y en que los correos no eran electrónicos el resultado era, cuando exitoso, de solo seis pasos. Hay artículos regados por la Internet que indican que gracias a las redes sociales como hoy las conocemos, y a pesar de que hay hoy más personas en el mundo que hace 50 años, el número de saltos necesarios se ha reducido.

Los fenómenos de mundo pequeño, aquellos que están densamente poblados en regiones locales, conectadas por varios enlaces inter-regionales, tienen otras implicaciones. Una de ellas es que los primeros saltos suelen ser muy grandes. Si debemos encontrar a alguien que no conocemos en una ciudad lejana tratamos de contactar a alguien que conozcamos en esa ciudad o al menos cerca de esa ciudad. Estos grandes saltos son como “atajos” que permiten no caminar de casa en casa, de vecino en vecino, de compañero en compañero sino dar saltos de un par de países y de un par de trabajos. Estos atajos no son estáticos, algunos desaparecen pero varios se agregan en cada colaboración, en cada seminario, a veces incluso, en una fiesta o reunión social.

Las comunidades estructuradas en modelos de mundo pequeño, conectadas muy densamente en áreas locales de trabajo con varios puentes o atajos entre bloques distantes, probablemente desarrollan mejor las prácticas innovadoras por el privilegio a los temas de confianza y colaboración. Los enlaces más diversos y menos cercanos, deben traer ideas frescas, no repetitivas ni redundantes. En realidad, la geografía y las distancias cortas o lejanas aquí señaladas, son solo una dimensión. Otras dimensiones pueden ser, por citar solo dos, el lugar de trabajo o las áreas de interés. Así un colega que trabajó en la empresa A y hoy trabaja en una administración tributaria sirve de puente entre esas comunidades. La gente que trabaja en cobranza, o fiscalización, la informática tributaria, la valoración en aduanas, o los precios de transferencia pueden ser los bloques densamente conectados y aquellos “bilingües” que entienden de una y otra cosa, son los puentes de atajo entre distintos bloques.

Me pregunto yo si el mundo de los administradores tributarios sigue el modelo de mundo pequeño. En mi opinión, sí. Esto es particularmente importante al pensar el papel que el CIAT debe tener en facilitar esas características de los mundos pequeños en los que la colaboración y la innovación se privilegien y en las que las buenas prácticas se contagien rápidamente. Pero que al mismo tiempo garanticen la necesidad de la diversidad, que las ideas y principios generales son rápidamente difundidos, pero que la problemática de la aplicación de esos conceptos a una situación particular puede y debe respetar las realidades locales.

El CIAT desarrolla, y cada vez más, estas oportunidades. No me refiero a su presencia en LinkedIn, Facebook o Twitter, donde también estamos, sino con el desarrollo de sus tareas, con su Asamblea General y su Conferencia Técnica; sus seminarios; sus grupos de trabajo permanentes; sus redes de: estudios, inteligencia, precios de transferencias, inteligencia fiscal y factura electrónica; sus actividades de formación y entrenamiento; sus acciones de cooperación en el ITD y las que genera con el BID, el Banco Mundial, CAPTAC-DR, la Comisión Europea, EUROsociAL, el FMI, la GIZ alemana y el ITC, el IBFD, el IEF de España, la ESAF de Brasil, la OECD, y las Naciones Unidas; la cooperación e intercambio con ATAF, CATA, COTA, CREDAF, ENCAT, CEATs, SGATAR, CEPAL, ICEFI;; sus proyectos de asistencia técnica. En mi opinión así ayudamos a que el mundo de las administraciones tributarias sea pequeño pero diverso e innovador.

Si alguno de los lectores es un matemático, o una actriz de cine, tal vez esté ya familiarizado con el concepto del mundo pequeño y sepan exactamente cuál es su número de Erdös o cuántos grados la separan de Kevin Bacon. Para los demás tal vez va el reto: ¿cuantos grados lo separan de un funcionario en una administración tributaria en su ciudad, en otro país, en otro continente? Y ¿por qué no? llamarlo grado – CIAT.

Saludos y suerte.

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