Las temperaturas globales siguen subiendo. El 9 de mayo de 2022, la Organización Meteorológica Mundial anunció que la temperatura global promedio alcanzará muy probablemente 1,5° por encima del nivel industrial durante al menos uno de los próximos cinco años, y esta probabilidad va aumentando con el tiempo^[1]. Este umbral de 1,5° indica el punto en el que los impactos climáticos serán cada vez más perjudiciales para las personas y el planeta.

¿Lo dudamos? En el momento de escribir este blog, India y Bangladesh sufren olas de calor que ahora son seguidas por terribles inundaciones. Las olas de calor han golpeado la Antártida en marzo, alcanzando hasta 37° C grados por encima de lo normal durante tres días en marzo. El nivel del mar está amenazado por el deshielo de las calotas polares.

En el presente blog, vamos a presentar brevemente algunas actualizaciones sobre la evolución de las políticas climáticas internacionales:

1. El Foro de Vulnerables al Clima y el mapa del CCPI.

El Foro de Vulnerabilidad Climática (CVF) es una asociación internacional de países en desarrollo altamente vulnerables al calentamiento del planeta, fundada por las Maldivas y a la que se han unido 48 países, y que actualmente preside Bangladesh. Ellos han publicado un informe sobre los plazos de sobrevivencia climática («Midnight Survival deadline for the climate»), que mapea la lista de países de acuerdo con su progreso en el establecimiento e implementación de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) para los objetivos y las políticas climáticos. En los dos últimos años, 73 países han presentado políticas climáticas mejoradas o actualizadas. ^[2]

La organización CCPI (Climate change performance index^[3] – Índice de rendimiento en materia de cambio climático) ha elaborado y actualizado para 2022 un mapa mundial del índice de rendimiento, que abarca 60 países que representan más del 90% de las emisiones mundiales. En su clasificación, los tres primeros países son inexistentes, porque en realidad nadie está haciendo lo suficiente. Aquí está el mapa mundial de los países que siguen en 2022:

Mapa del Índice de rendimiento del cambio climático 2022:

• En verde oscuro: NDC fuerte tanto en emisiones como en resiliencia.
• En verde claro: NDC fuerte o mejorada.
• En amarillo: NDC medio.
• En naranja: Bajo NDC presentado.
• En rojo oscuro: NDC muy bajo.

Fuente: CCPI.

Es sorprendente ver que regiones que son las más vulnerables al cambio climático, en riesgo de convertirse en inhabitables, no han revisado sus NDC.
Con respecto a América Latina, países como Chile, Argentina, Perú, Colombia y Costa Rica parecen haber mejorado tanto sus objetivos de emisiones como sus programas de resiliencia.
En el momento de escribir el presente blog, las elecciones en Australia han entregado un nuevo gobierno decidido a mejorar significativamente las reducciones de emisiones en Australia.
En la Unión Europea, el precio de los permisos de carbono de la UE en mayo de 2022 fluctúa entre 77 y 87 euros/tonelada de CO2, tal vez similar a los precios del petróleo.

2. El Panel de políticas de fijación de precios del carbono del Banco Mundial

Esto nos lleva a las actualizaciones de un otro instrumento presentado:
El panel de precios del carbono del Banco Mundial. Recordemos que los dos principales instrumentos públicos para regular las emisiones de carbono son los Sistemas de Comercio de Emisiones (ETS) y los Impuestos sobre el Carbono, estos últimos siendo un instrumento más directo para fijar el precio de las emisiones de carbono. El mapa presentado por el banco mundial, cuya imagen se presenta aquí, permite cambiar fácilmente para comprobar los diferentes estados de las políticas (implementadas, programadas o en consideración), así como el tipo de instrumento (Impuesto al carbono o Esquema de Comercio de Emisiones) y el tipo de jurisdicción a cargo de la normativa (Nacional, Regional o Subnacional). El programa más importante es el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (o EU ETS). El fuerte aumento de los precios del carbono durante el último año es un recordatorio de que el derecho a liberar carbono en la atmósfera se está convirtiendo en una escasez económica, representado por el fuerte aumento de su precio. Los ingresos resultantes recibidos por los estados miembros superaron los 14,000 millones de euros solo en 2019, y el 78% de los ingresos se destinaron a fines relacionados con el clima y la energía^[4].

Imagen del Panel del Banco Mundial sobre las Políticas climáticas.

3. Sector privado, financiero y empresarial: la presentación de informes ASG – (Ambiental, Social y de Gobernanza) se está convirtiendo en esencial y requerida para las tomas de decisiones.

Actuar sobre el cambio climático requiere estándares internacionales para informar y evaluar las opciones. En este momento, las empresas utilizan marcos diversos y descoordinados para informar sobre la sostenibilidad de sus políticas. En los estándares de la contabilidad internacional, la COP 26 (Conferencia de las Partes) ha establecido una amplia base de referencia mundial de información sobre la sostenibilidad para los mercados de capital, sin embargo, mucho queda por organizar su implementación.

 Las partes interesadas deben ser capaces de hacer comparaciones de «manzanas a manzanas», críticas para las inversiones y la comprensión de los impactos. Si se carece de datos fidedignos y comparables, el riesgo de un “Eco blanqueo” (Greenwashing)^[5] sigue siendo un obstáculo para avanzar en la transición hacia un nivel bajo de emisiones de carbono.

Grupos de contabilidad global como Deloitte y KPMG, entre otros, están coordinando métricas para estandarizar la presentación de informes sobre temas de ASG.^[6]

Las reuniones del Foro Económico Mundial (en Davos 2020 y 2021) han visto un núcleo de 120 de las empresas más grandes del mundo apoyando la creación de un conjunto básico de métricas y normas de reportes comunes para sus inversores y partes interesadas.

4. Finanzas públicas y cambio climático en 2022.

En marzo de 2022, la Conferencia anual del Consejo Fiscal Europeo (EFB) se centró en la relación entre las finanzas públicas y las políticas de mitigación del cambio climático.^[7]

El cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos plantean una grave amenaza para la sostenibilidad fiscal, pero estos riesgos todavía no se comprenden plenamente y pueden quedar subestimados o ignorados.
Se requiere una combinación de sistemas de fijación de precios del carbono e inversiones para alcanzar la neutralidad del carbono. En este período post pandemia de alto endeudamiento de los estados, existe la tentación de posponer las medidas para mitigar el cambio climático, pero este resultado es extremadamente costoso en un futuro próximo.
Uno de los principales obstáculos para la ecologización de las economías es que los sistemas de precio a las emisiones de carbono siguen siendo mucho más bajos que los subsidios a los combustibles fósiles y que su diseño actual sigue perjudicando desproporcionadamente a las poblaciones más pobres. Además, hay pocas o ninguna consecuencia por no tomar medidas y las consideraciones electorales tienden a llevar a decisiones a favor de soluciones fáciles como preferir los subsidios a los impuestos.

Los países aún carecen de una evaluación exhaustiva de los efectos de la transición climática en la sostenibilidad fiscal. Necesitamos estimaciones plausibles de los riesgos fiscales relacionados con el clima.
En los EE. UU., la Oficina de Gestión y Presupuesto ha tomado medidas para «integrar mejor los riesgos financieros relacionados con el clima en las inversiones y las prácticas comerciales básicas del Gobierno Federal», proporcionando una lista de acciones recientes. ^[8] Una de estas acciones es asegurar que la cadena de suministro federal minimice los riesgos del cambio climático. Por ejemplo, ¿emitiendo regulaciones claras sobre ASG e informes climáticos de los proveedores de la cadena de suministro?

En conclusión, en 2022 los fenómenos meteorológicos extremos están impulsando las políticas climáticas, y éstas están ocupando cada vez más el centro de las elecciones nacionales, incluso sin estar en el centro del discurso público. Las recientes elecciones en Australia son un ejemplo en este sentido, donde, aunque estas políticas no fueron muy discutidas en la campaña, han tomado el centro del escenario en los cambios anunciados por la coalición ganadora. A pesar de las tensiones internacionales y guerras, podemos ver que estos esfuerzos para conservar nuestro planeta viable para nuestros descendientes no quedaran relegados en el segundo plano. El peligro es demasiado alto para retrasar más la acción colectiva.

[1]Ver OMM, probabilidad de que la temperatura global alcance el umbral de 1,5 grados
[2]Ver el mapa interactivo del foro de vulnerabilidad climática cvf.org
[3] See https://ccpi.org/
[4] European Commission report: https://ec.europa.eu/clima/eu-action/eu-emissions-trading-system-eu-ets/auctioning_en
[5] El Eco blanqueo, o lavado verde implica promover de manera engañosa una percepción que los productos o políticas de una organización son respetuosos del medio ambiente.
[6]Weforum. Org https://www.weforum.org/impact/stakeholder-capitalism-50-companies-adopt-esg-reporting-metrics/
[7] European Fiscal Board, https://voxeu.org/article/public-finances-and-climate-change-post-pandemic-era
[8]“Taking action to address climate-related Fiscal Risk” https://www.whitehouse.gov/omb/briefing-room/2021/10/15/taking-action-to-address-climate-related-fiscal-risk/

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